Aunque son muy variadas las recetas de esta típica bebida gallega, lo cierto es que todo el mundo coincide en que eche lo que se eche mágica es, siempre y cuando se lea su conjuro como es debido, porque si no la cosa no funcionará tan bien para que las meigas y las brujas se alejen. Es recomendable hacerlo al aire libre, no sólo porque la queimada luce mejor, si no por el peligro de que se queme algo en casa. Aunque si se toman las precauciones oportunas, no habrá problema.
La queimada hay que tomarla después de haber comido abundantemente, por ejemplo en estas fiestas navideñas, ya que su sabor es fuerte como el aguardiente.
Receta de la Queimada:
Un puñado de café en grano
Fruta picada: naranja y plátano (puede añadirse, melocotones o otra fruta que guste)
La cáscara de un limón
El aguardiente, la clave de la queimada, Portomarín, de Betanzos o de Ulla para quien sea muy exigente, pero cualquier aguardiente de buena calidad sirve.
Azúcar
Se echa todo en un recipiente, preferiblemente de barro. Se enciende con cuidado porque el alcohol prenderá rápido. Con una chucha de barro se revuelve, hasta que la llama azul (del propio azúcar) vaya haciéndose cada vez más pequeña, señal de que el alcohol se estará consumiendo.
La queimada no ha de dejarse mucho tiempo, ha de tomarse con ese sabor fuerte y caliente. No deja de ser un brebaje contra las meigas y males de ojo.
La queimada hay que tomarla después de haber comido abundantemente, por ejemplo en estas fiestas navideñas, ya que su sabor es fuerte como el aguardiente.
Receta de la Queimada:
Un puñado de café en grano
Fruta picada: naranja y plátano (puede añadirse, melocotones o otra fruta que guste)
La cáscara de un limón
El aguardiente, la clave de la queimada, Portomarín, de Betanzos o de Ulla para quien sea muy exigente, pero cualquier aguardiente de buena calidad sirve.
Azúcar
Se echa todo en un recipiente, preferiblemente de barro. Se enciende con cuidado porque el alcohol prenderá rápido. Con una chucha de barro se revuelve, hasta que la llama azul (del propio azúcar) vaya haciéndose cada vez más pequeña, señal de que el alcohol se estará consumiendo.
La queimada no ha de dejarse mucho tiempo, ha de tomarse con ese sabor fuerte y caliente. No deja de ser un brebaje contra las meigas y males de ojo.
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